Senderismo AVT: Llanos de la Pez-Siete Fuentes-Llanos de la Pez

"Llanos de la Pez-Siete Fuentes-Llanos de la Pez"

Bonito día este 24 de Abril, día soleado, suave brilla, frescor de altura, ganas de caminar y grupo muy agradable. Partimos de la zona de recreo de Los Llanos de la Pez, nuestro objetivo, disfrutar: de los colores, aromas, cantos de pájaros, vistas de paisajes de postal... y agradable compañía.

Dejamos la zona de acampada, pasamos por las cabañas de madera y entre un rebaño de ovejas empezamos a subir, una vereda entre pinos, pajulla, morgallana, gamonas, codesos, retamas amarillas, nos ayudan a subir, de pronto un picapinos nos llama la atención, nos detenemos y escuchamos el repiqueteo de su pico contra la corteza de los pinos.

Llegamos a los alto del camino, antes de llegar a su final, nos paramos para tomar un poco de alimento en medio de un gamonal, y una zona donde empiezan a aparecer las primeras muscari. Estamos cerca del cruce de Cazadores con la subida a los militares y la carretera de Cueva Corcho. Caminamos un poco por la carretera y cogemos un camino hacía la izquierda, subimos a los altos del Pozo, nos asomamos a un mirador y descubrimos: el Navegante, el Saucillo, la Cruz del Saucillo. Montaña la Arena.

Volvemos a coger otro tramo de carretera, aparecen viviendas con unos miradores excepcionales: pinares, manchas blancas de gamonas y margaritas, amarillas de retamas y codesos y morgallanas, lilas de muscari y alhelís,... al frente la silueta de la isla desde la costa de Telde a la de Arucas, Bañaderos, pasando por la inconfundible Isleta, Teror, Osorio y su Pico (Rayo), bajando un poco una casa que da nombre al lugar: "Siete Fuentes".

Volvemos a coger un sendero, ahora es el olfato el que se estimula, así como la vista, con la cercanía de los mismos colores pero apreciados mucho más cerca, caminamos entre ellos. Un poco mas abajo aparecen salvias blancas y rojas, así como una colonia de Góngaros flor de piedra (Aeonium simsii). Sorteando algunas piedras, otro mirador, el de los siete pinos. Volvemos al sendero y apreciamos la carretera y al fondo el sendero que nos llevará a cogerla de nuevo. Seguimos caminando y de pronto, camino cortado, una vaya con candado. Buscamos una posible alternativa, después de mucho buscar, sólo una, subir entre la pajulla, y con la ayuda de las piedras y los bastones, iniciar la subida de unos doscientos metros hasta la carretera. No se hace difícil, pero hay que ir con cuidado. Llegamos arriba, y nos topamos con una colonia de góngaros flor de piedra en las laderas de la carretera. Descansamos un poco, e iniciamos el camino de regreso, volvemos a encontrarnos entre pinares, ahora las vistas cambian: de cerca El Nublo y la Fogalera, de lejos el majestuoso Teide.

Recortamos sobre la carretera que viene de cueva Corcho y en nada en los coches. Terminamos un ruta de encanto, colorido, buenos paisajes y excelente compañia.