"Por los Altos de Fontanales"
La caminata se hizo el domingo 10 de diciembre, lo digo porque: el calor, la visibilidad, el terreno seco para esta zona, la ropa de los senderistas... no concuerda para nada con esta época del año, casi nada más empezar a salir, una subida, la verdad que promete, pero en nada hay que quitarse la sudadera, la mayoría en manga corta. Los colores amarillos y naranjas, los calores y los olores son de primeros de Otoño, y ya estamos a dos semanas del Invierno. Esto no es normal.
La subida se prolonga en unos cuatro kilómetros y medio por un camino ancho y sin dificultad, sólo el desnivel normal en este tipo de terreno- Subimos por el Barranco del Agua, buscando la Caldera de Los Pinos de Gáldar, por el camino; Codesos, Escobones, Castaños, ya casi desnudos, Poleo, Retama Amarilla, Artemisa, Cerrajas y Cerrajones, Salvia, Helechos en su peor momento, normal en esta época del año,... y al final de la subida, en un cruce de caminos (Artenara, Valleseco, Tejeda, Gáldar), un Pinar Canario.
Es el momento de un descanso, una parada para reponer energías, algunas fotos individuales y de grupo y descubrir con la mirada hacia la costa: Carretería, Moya, Firgas, Montaña de Firgas, y los Bco. de Moya y de Azuaje.
En la bajada, nos encontramos los restos de un incendio de hace unos pocos años, Pino Canario, Castaños, Salvias ,,, todo lo autóctono, antes o después se recupera, ya está casi normal, en cambio una cantidad de pino carrasco aparece quemado, talado y apilado en el fondo del barranco.
La bajada se hace por el barranco de Fontanales, al fondo el monte Pajaritos, camino de la Horcajada, un sendero mas estrecho y en algunos momentos, pocos, con dificultad por la pendiente y el piso de grava suelta. Pasamos por un pozo ya casi derruido, una era para aventar los cereales del terreno, una casa abandona que en su tiempo daba que desear, con su terreno para la siembra, el verdor de su alrededor, unos paisajes idílicos, que en este momento mirando hacía el cielo, su azul, los nubes y los destellos del sol chocando con el verdor de la hierba y de los árboles nos transportan a lugares y situaciones de relax y descanso total.
Ya falta poco, nos topamos con un pino, alto, robusto, recto que nos incita a que llevemos la mirada hacia arriba, arriba, un poco mas abajo unas higueras podadas de tal forma que sus ramas parecen muñones de una mano. A la salida de una curva, la plaza de Fontanales, la caminata ha terminado.
Un día y una ruta espectacular, pero no propia de la fecha, se echó en falta; frío, algo de barro, humedad, nubes...
Helechal en invierno, preparándose para la primavera y verano
Pinar Canario en el cruce de caminos
Hacía Pajaritos entre castaños recuperándose
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